15 Jan
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     El tiempo que pasas haciendo la tarea, ya sea para mamá, papá o los niños y/o adolescentes, es un tiempo que puede convertirse en una lucha en el hogar. Hay gran variedad de estrategias y herramientas que podemos usar como padres para evitar que esto se convierta en una batalla campal (Education Department US, 2005).


     Esta hora se ha convertido en una situación difícil para muchas familias que a menudo termina con castigos, llanto y confusión familiar. Son muchos los niños y adolescentes que, debido al cansancio, la fatiga o sus propias dificultades con la materia, muestran un gran rechazo y resistencia a realizarlas; no hacen caso, se niegan a sentarse, mienten sobre sus tareas, piden una ayuda excesiva o mantienen llamadas de atención constantes; lo que hace que este momento del día pueda convertirse en todo un reto (ED, 2005).

     La tarea no es una batalla campal contra el colegio, el papel de la tarea es repasar el conocimiento aprendido durante el día en el colegio para consolidar el aprendizaje. Es una actividad diseñada y programada para los estudiantes, para su propio crecimiento. La realización de tareas es una oportunidad significativa para que vayan aumentando su autonomía, desarrollen sus conocimientos, adquieran destrezas académicas y desarrollen un buen hábito de estudio, elementos que les permitirá más adelante conseguir resultados satisfactorios en aquello en lo que se lo propongan (López, s.f).

     Los niños y los adolescentes a medida que van creciendo y desarrollando sus capacidades, aprenden a ser autónomos y la figura de los padres queda en función de supervisión y apoyo. Los padres pueden ayudar al niño y/o adolescente a desarrollar sus técnicas de estudio, ayudarle a planificar en el calendario sus exámenes, a organizar sus tareas, comunicarse con profesores o inclusive explicar un ejercicio que, tras haberlo intentarlo, no ha podido resolverlo solo. No obstante, una vez enseñado y adquirido el hábito, los padres aperturan el espacio para que sea el propio niño y/o adolescente el que lo ponga en práctica y se produzca entonces el aprendizaje. Cuando los niños y/o adolescentes practican y son protagonistas de su propio aprendizaje, desarrollan mayores habilidades y se sienten más seguros de sí mismos, capaces y motivados (Hernández, 2020).

     Encontrar la rutina ideal para “hora de la tarea” es un ejercicio esencial que nos enseña, tanto a padres como a hijos, a manejar nuestro tiempo con mayor inteligencia, a ser disciplinados, a atender nuestras responsabilidades y a no dejar para el último momento aquello que debe ser una prioridad. Las rutinas son esas actividades que hemos establecido de forma sistemática, regular y que se hacen repetitivas en el tiempo, a tal punto que se vuelven una costumbre y se ejecutan casi de forma automática. «La rutina diaria es para los niños y/o adolescentes lo que las paredes son para una casa, les da fronteras y dimensión a la vida. La rutina establecida da una sensación de seguridad, da un sentido de orden», expuso el psiquiatra y educador austriaco Rudolf Dreikurs. El saber lo que vamos hacer diariamente nos permite anticiparnos y sentirnos confiados de lo que vendrá (Hernández, 2020).

¿Cómo podemos apoyar y guiar esta hora de la tarea?

-Adaptar un espacio en casa para hacer las tareas: Adecuar un espacio en el hogar para que el niño y/o adolescente realice sus actividades, le permitirá con mayor facilidad asociar las actividades académicas para realizarlas dentro del hogar. Es importante que este espacio tenga la menor cantidad de objetos y/o elementos que puedan distraerlos del objetivo principal del espacio donde están. Este es un elemento que forma parte de la creación de hábitos de estudio (Hernández, 2020).

-Establecer en conjunto el plan de estudios: Incluir a los niños y/o adolescentes permitirá un avance significativo en su autonomía, ya que habilita que estos sientan que su opinión es tomada en cuenta, por lo que, habrá así mayor motivación para realizar las actividades. Este plan debe involucrar el espacio para realizarlas, horarios a cumplir, entre otros. Los padres estarán presentes para acompañarlos y recordarles que cumplan con la responsabilidad con la que estuvieron de acuerdo (López, s.f).

-Disponer horarios de estudio flexibles y adaptables: Con el regreso paulatino a clases presenciales, resulta importante hacer ajustes a los horarios de estudio a fin de facilitar la adaptación a las tareas dentro del hogar. Será relevante considerar las actividades de recreación durante los breaks o recesos de las tareas, así como, las actividades extracurriculares de los niños, horas de almuerzo y merienda para ajustar los tiempos en función de los elementos prioritarios en el día del niño y/o adolescente (López, s.f).

-Reforzar su esfuerzo: Felicitar cuando se hacen las tareas adecuadamente será un elemento gratificante para el niño y/o adolescente, ya que podrá generar motivación a continuar con las tareas dentro de la casa. Será importante establecer reforzadores que sean consecuentes con sus logros, por tanto, las felicitaciones verbales, tiempos para jugar videojuegos, ver televisión, salir a jugar, ir al parque, son algunas opciones a considerar. En caso de no realizar las tareas adecuadamente faltando a los acuerdos establecidos previamente, se le realizarán a los niños y/o adolescentes señalamientos acordes a las consecuencias de sus decisiones (Hernández, 2020).

-Emociones y resolución de conflictos: Es fundamental tomar en cuenta el estado emocional del niño y/o adolescente durante la realización de las tareas escolares. Frente a tareas que puedan parecerles difíciles habrá menos capacidad para tolerar la frustración que les genera no ser capaces de lograr por sí solo una actividad, por ello, resulta importante que los padres puedan tener paciencia para brindarles a los niños y/o adolescentes apoyo emocional cuando lo necesite y así lograr los resultados. Será significativo que les puedan indicar que comprenden los niveles de dificultad de algunas tareas, que ustedes también tuvieron esa experiencia y que están ahí para ayudarles. Esto apoyará a que los niños y/o adolescentes logren cumplir con las tareas y al mismo tiempo generar una relación de confianza donde puedan expresarse libremente y poder ayudarlos cuando lo necesiten (ED, 2005).

-No tenemos porqué saberlo todo: En la mayoría de las familias, son los padres quienes suelen ayudar a sus hijos con su tarea. Sin embargo, a medida que avanzan en su aprendizaje, quizás visualices como padre que tu hijo necesita ayuda con un tema que supera tu conocimiento, por ello, es relevante considerar las tareas dirigidas y/o un profesor particular. Esta es una persona que puede brindarle ayuda específica orientada bajo su rutina y plan de estudio, buscará incrementar su conocimiento y ayudarle a conseguir una buena calificación. Asimismo, le enseñará varias técnicas y tips para profundizar en la comprensión de un tema determinado (López, s.f).

-Mostrar la funcionalidad de las tareas: Permitirle al niño y/o adolescente comprender el porqué de la tarea que está haciendo, le permitirá encontrarle un sentido a su esfuerzo y podría generar mayor motivación para completarla. Tenga en cuenta que a partir del primer año, los estudiantes comienzan a pensar qué van a hacer cuando terminen bachillerato: ir a la universidad o buscar empleo. Hágale ver la relación existente entre esas metas a largo plazo y la importancia de hacer la tarea diaria (Hernández, 2020).

Bibliografía
-Education Department US, ED. (2005). Helping my son with the homework Recuperado de https://www2.ed.gov/espanol/parents/academic/tareaescolar/part1.html 

-Hernández, D. (2020). Educación en casa: ¿Cómo motivar a nuestros hijos a la hora de la tarea?. Recuperado de https://cecodap.org/educacion-en-casa-como-motivar-a-nuestros-hijos-a-la-hora-de-la-tarea/

-López, A. (s.f). La hora de los deberes ¿Cómo le ayudo?. Recuperado de https://psicoimagina.com/la-hora-de-los-deberes-como-le-ayudo/ 

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